lunes, junio 08, 2009


Aunque ahora sus funciones son nulas no hay que olvidar que se trata de un 'superviviente' que ha visto pasar ya a cuatro presidentes. Llegó de la mano de Paco Roig al fútbol tras abandonar un cargo de ejecutivo en Mercadona. Lo suyo son las finanzas y los números. De hecho no dudó a la hora de ponerse un sueldo de 330.000 euros al año y un contrato blindado. Con Roig lo que fue una relación idílica acabó en insultos por ambas partes. Con Cortés y Ortí, como él era el jefe, no tuvo ningún roce de consideración. Nunca quiso ser presidente y desde la sombra manejó todos los hilos del Valencia hasta que llegó el actual mandatario. Sigue siendo director general, pero sus decisiones ya no son tenidas en cuenta. Únicamente le mantiene en el club su contrato blindado.Su relación con Benítez fue excelente durante los dos primeros años. Cenaban juntos casi todos los viernes, mientras sus esposas iban fraguando una bonita amistad. El confesor del técnico madrileño era Llorente. Encontró en él el hombro donde llorar las penas. Las exigencias del actual entrenador del Liverpool por hacer un equipo grande reforzando la plantilla, empezaron a enturbiar la relación. Llegó la hora de cruzar mensajes a través de los medios. Las acusaciones iban subiendo de tono. Cualquier fichaje que proponía el madrileño era descartado inmediatamente por Llorente. La opinión de Benítez no era tenida en cuenta a la hora de confeccionar la plantilla.Los éxitos avalaban al técnico y desacreditaban la labor del director general. La amistad había pasado al olvido. Llorente decía a sus íntimos que el madrileño "no iba a tener ofertas para marcharse", pero llegó el Liverpool y no lo dudó ni un segundo. Se fue entre lágrimas. Llegó Ranieri y comenzó el principio del fin para el valencianismo que no olvida a Benítez. "
Esto es parte de la patética historia del nuevo procer del Valencia c.f el ínclito Don Manolo Llorente y otras hierbas.
Vicente Almagro

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